domingo, 6 de octubre de 2013

Y LLEGÓ LA TEMIDA SECUNDARIA

En general, durante la Educación Secundaria baja el rendimiento académico de los chicos y las chicas, así como su interés y motivación por la escuela.
Desde la familia se debe hacer un esfuerzo por estimular el interés de unos y otras por la escuela y favorecer así su desempeño académico
Adolescentes y escuela parecen no entenderse demasiado, ¿por qué ocurre esto?
Probablemente, existan toda una serie de motivos que contribuyan a explicarlo.
En primer lugar, el paso de la educación primaria a la secundaria se produce coincidiendo con un momento en el que chicos y chicas están experimentando los cambios físicos, psicológicos y sociales asociados a la pubertad.
Asimismo, tienen que enfrentarse a las nuevas exigencias del profesorado y de sus madres y padres, que en este momento les demandan más madurez y responsabilidad, y que para algunas cuestiones -no todas- les consideran personas adultas.

Evidentemente, el que en un mismo momento coincidan tantos acontecimientos importantes, los pone a prueba y aumenta su riesgo de experimentar problemas académicos.
Por otro lado la transición a la secundaria implica normalmente un cambio de centro educativo. Un centro de mayores dimensiones, en el que la organización es mucho más burocrática y en el que las posibilidades de contactos estrechos y personales con profesoras y profesores son bastante más escasas que en primaria. Esta situación se puede ver empeorada si unimos lo anterior al alejamiento de muchos de los compañeros y compañeras que tiene durante la primaria, y al menor estatus que supone pasar de estar en el grupo de los mayores del colegio al de los más pequeños del nuevo instituto.
Además, la educación secundaria supone cambios en el funcionamiento del centro. Justo en el momento en el que chicos y chicas están construyéndose como individuos autónomos e independientes de sus madres y padres y que demandan más poder de decisión, las asignaturas y horarios se vuelven más estructurados y complicados, las normas son más estrictas, se insiste más en el control y la disciplina, y chicas y chicos tienen menos capacidad de decidir lo que ocurre en el aula. Asimismo, las relaciones con el profesorado pueden ser más distantes comparadas con las que se mantenían en primaria, y alumnos y alumnas pueden percibir menos apoyo emocional de su parte. 
Es importante tener en cuenta que junto con 
los progenitores, las profesoras y los profesores
 son las figuras adultas que más influencia ejercen sobre los y las adolescentes, 
y desempeñan un papel fundamental como fuente de apoyo y guía, 
y como modelo de comportamiento
Finalmente, en secundaria 
  • las calificaciones se vuelven especialmente importantes, 
  • aumenta la competitividad, y 
  • son frecuentes las comparaciones en el aula. 
Estos tres elementos pueden repercutir negativamente en la autoestima, especialmente para aquellos que no logran alcanzar sus aspiraciones. 
Es posible que las características de la educación secundaria influyan en la menor motivación e interés del alumnado hacia las materias escolares, así como en su menor rendimiento. No obstante, existen algunos factores que pueden ayudarles a que les vaya mejor en el colegio, como
  mantener un clima positivo en el hogar, 
donde se combinen el apoyo y el cariño 
con la existencia de normas 
y la supervisión de la conducta adolescente.

Extraído de revista: ADOLESCENTES:
nº3: Los mundos de chicas y chicos 
adoLescentes: escueLa, 
amigos y sexuaLidad.
Edita: Junta de Andalucía