domingo, 14 de julio de 2013

VERANO: CUIDADO CON EL SOL

Tomar el Sol
Las exposiciones frecuentes y prolongadas al sol en la playa, en el campo o en las piscinas, pueden ser la causa de que nuestra piel sufra daños a corto, medio y/o largo plazo. Sus consecuencias pueden ir desde irritaciones, eritemas, etc. hasta quemaduras de diversa intensidad y el temido cáncer de piel.
Recuerde:
Tomar el sol con moderación, de manera progresiva, y hágalo siempre paseando, evitando las horas centrales del día.
Evitar las exposiciones prolongadas al sol y utilizar siempre algún tipo de protector solar adecuado a su piel. Se recomienda aplicar crema protectora solar media hora antes de exponerse al sol y reaplicarla cada 2 horas, siempre según el tiempo de exposición.
Limitar la exposición solar en menores de 3 años y procurar que beban agua con regularidad.
El agua, la arena y la nieve reflejan los rayos solares aumentando sus efectos sobre la piel. Cuando se asciende en la montaña, el riesgo de quemaduras solares es mayor.
Alternar los ratos de sol y los de sombra y refrescarse con agua frecuentemente.
Beber agua a menudo para prevenir la deshidratación.
Las gafas con protección solar previenen la formación de enfermedades oculares
Usar ropa ligera, de algodón y proteger la cabeza con gorra o sombrero ayuda a conseguir una fotoprotección segura y eficaz.

¿Qué puede hacer si a pesar de estos consejos su piel se ha quemado?

Refresque con compresas de agua fría las zonas quemadas.
Beba agua o líquidos en abundancia (que no sean bebidas alcohólicas).
Acuda al centro de salud si la zona quemada es muy extensa. La gravedad de la quemadura depende de la extensión de piel a la que afecte.
¿Qué no debe hacer?
Tocar la zona quemada directamente con las manos.
Pinchar las ampollas si las hubiera.

Extraído de: 
Verano 2013
Cuidados frente al calor
Junta de Andalucía